Le dolía el centro del corazón, era como si un hondo agujero habitara en el lugar donde antes se encontraba este organo vital, envolviendo a aquella Nada espesa y dolorosa.

Sin fuerzas y hastiada de aquella situación miro de reojo al portátil…

¿Y si?

Quizás podía entrar en aquella aplicación de citas, tal vez el verdadero hombre de sus sueños la estaba esperando tras la pantalla, después de la dolorosa ruptura envuelta en traición que acababa de sufrir.

Por fin se decidió y descargo aquel supuesto paraíso de amor y citas.

En breve tuvo diseñado un perfil que le pareció que podía resultar atractivo, con una par de fotos y alguna escueta frase, reclacando que no tenia claro lo que buscaba allí.

Nunca pensó que recibiría tal aluvión de mensajes, un verdadero bombardeo de tíos, hambrientos de sexo la mayoría.

Hubo un perfil que llamo mas su atención, su expresión le trasmitió calma, tras dudarlo unos minutos pensó que tampoco tenia tanto que perder y le envió un corazón que significaba vía abierta para iniciar una conversación.

La reacción no se hizo esperar en forma de saludo, nada original, solo

-hola, ¿ Como estas?-

Un inicio de lo mas normal que no auguraba nada anormal, tan solo una forma casual de empezar a a conocer a alguien.

A partir de ese momento hablaron de mil cosas, afinidades, experiencias similares, parecía imposible que dos personas pudieran encajar mejor desde el primer momento.

Pronto comenzaron a hablar en todos los momentos que tenían disponibles, cuando se dio cuenta ella estaba enganchada aquella situación que la hacia muy feliz.

Solo había un inconveniente, los separaba una distancia de varios cientos de kilometros.

El encuentro físico se suplía con incontables videollamas, fotos, promesa, mientras planeaban su primera cita con primorosa anticipación.

Su vida había cambiado de forma tan inesperada, había pasado de una relación estable, y ahora que lo pensaba bastante monótona, a ser traicionada y abandonada, y por ultimo en un breve intervalo de tiempo, a conocer a alguien que le había devuelto de un plumazo la fe en el amor.

Cada mañana se sentía afortunada al recibir aquel buenos días rodeado de corazones, y a la vez tenía miedo de en cualquier momento despertar de aquel sueño.

Ese hombre atractivo y atento, que no tenia redes sociales, y le decía cosas tan bellas, se había fijado en ella, y según decía en nadie mas y eso la hacía sentirse muy especial.

Había pasado un mes de ensueño casi sin darse cuenta, viviendo en un cuento, quizás ajeno a la realidad, y solo esperando el momento de que su amante virtual la estrechara entre sus brazos, pero esta vez de una forma real, sin pantallas que los separaran.

Se desperezó y sonrió antes de encender el móvil, fue una sensación extraña no encontrar el conocido y esperado mensaje, penso que tal vez se había quedado dormido, y fue ella esta vez quien envió primero el saludo mañanero, poblado también de rosas y corazones.

Empezó su jornada con la rutina habitual de ducha y desayuno, y volvió a mirar el móvil convencida de que llegaría una respuesta cariñosa, acompañada de una disculpa, pero el chat tenía un aspecto solitario, ni siquiera confirmación de haber leído el mensaje.

Fue una mañana ajetreada de trabajo, pero aun así consiguió mirar varias veces el teléfono esperando aquel mensaje cada vez mas anhelado, a la hora del almuerzo y sintiéndose preocupada,  volvió a escribirle sin obtener respuesta de nuevo.

Cada vez mas nerviosa le escribió y le llamó con insistencia a lo largo del día para encontrarse cada vez con la fría cantinela de que el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.

Al llegar la noche estaba desesperada y fue consciente de que no tenía otra manera de llegar hasta el, ni siquiera sabía cual era su apellido, su mente divagaba entre varios escenarios y todos ellos le parecían catastróficos, accidentes, muerte, incluso un secuestro le parecía mas probable que enfrentar la conclusión de que el pudiera no querer ya nada con ella, que se había cansado sin mas.

Pero esa idea se abrió paso en su mente tras una noche de desvelo, durmiendo a ratos y sufriendo horribles pesadillas en las que caía a un pozo profundo del que no podía volver a salir, fue al darse cuenta de que la había bloquead, ya no le llegaban los mensajes, su foto de perfil había desaparecido, y el buzón de voz se había sustituido por un pitido que indicaba que ya no existía la posibilidad de contactar con ese numero.

Se sentía tan mal que tuvo que alegar en el trabajo una inoportuna gripe para quedarse en casa, necesitaba volver a instalar la app de citas y encontrarlo.

Y ahí estaba él, seguía con aquella foto de perfil que la había atraído sin remedio, le escribió, necesitaba un porqué.

Pero la respuesta llego unas horas después cuando descubrió que también la había bloqueado, porqué ya no podía acceder a su perfil de usuario.

En ese momento aprendió de una forma que dolía demasiado, el significado de la palabra » Ghosting»…

 

 

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Pilar Guzmán firmando libros en una feria del Libro

Autor: Pilar Guzmán

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