Entrevista a la autora Clara Gillman

ENTREVISTA A CLARA GILLMAN

REVISTA LA REINA LECTORA

1–El imaginario de Entre dulces y plastilina es muy exuberante. ¿De dónde nace este universo tan colorido y peculiar? Nace de la necesidad de expresar todo lo que no se ha podido mostrar con acciones o palabras. Cuando comencé a escribir esta historia, tenía 21 años. Había pasado por el desengaño del primer amor y todavía no lo había superado. A nivel simbólico, tras la ruptura, el mundo se había puesto en pausa (de ahí que nuestra protagonista, Valentina, esté en coma). Para mi nada tenía sentido y el mundo se desmoronaba. Esto era, en un comienzo, lo que pretendía reflejar. Pero por aquel entonces yo no tenía ni idea de lo que se me venía encima. Poco a poco, me di cuenta de que lo que estaba escribiendo era una historia para volver a estar en paz conmigo misma, pues al cumplir los 23 entré en una profunda depresión que me hizo dejar de lado todo. Aunque continuaba escribiendo, no le dedicaba el tiempo suficiente. A los 26 años, al igual que Valentina, intenté suicidarme. Estaba lista para saltar de un puente cuando recibí una señal que lo cambió todo. Mientras me decidía a ponerle fin a todo, estaba escuchando música. Y justo cuando me disponía a saltar, la canción “Scream” de Ima Robot empezó a sonar. Ahí es cuando me dije: “No pienso tirarme. Esta historia la tengo que escribir, sí o sí”. Y lo hice. Puse toda mi energía en ello hasta que, finalmente, logré terminarla. La historia respetó el punto de partida inicial de este fracaso amoroso. Pero también, gracias a estas nuevas experiencias que la vida me puso en el camino, se hablan de cosas mucho más importantes que de un desengaño amoroso. También hay mucho de mi infancia en este libro, de mi adolescencia y, claro está, de este capítulo más oscuro pero que, pese a todo, agradezco haber vivido. Porque esto supuso un antes y un después en mi forma de ver la vida, de comprender a los demás y de reconciliarme conmigo misma.

2–¿Qué trata Clara Gillman de gritar con esta novela? Y utilizo ese verbo porque todo el mundo de Entre dulces y plastilina parece estar construido como un grito de auxilio para Valentina. A mi parecer, no solo pretende reflejar el gran amor que sentía hacia esta persona o de algún modo expresar lo que nunca llegó a ser. Creo que el mayor grito de socorro de esta novela es que, como bien dicen los arlequines, que no hay mayor lección que la de aprender a vivir. ¿Cómo se consigue esto? Puedes empezar por aprender a perdonarte y valorarte. A reencontrarte, en suma, dentro de tu propio Laberinto de Puertas.

3–Háblame del contraste entre un tema tan oscuro como el suicidio y un título tan alegre. Para mí, la mejor forma de definir esto es echarle un vistazo a la vida misma. La vida tiene cosas maravillosas, pero no hay duda de que también es muy cruel. Todo es dualidad, incluso de la muerte pueden aprenderse cosas hermosas. Como por ejemplo que el amor es eterno y no importa el espacio – tiempo. O que debemos valorar más el escaso tiempo que compartimos con nuestros seres queridos. No obstante, este título también tiene un significado menos profundo, aunque deberemos esperar a los capítulos finales de la segunda parte para comprender bien por qué se llama así.

4–¿Te gustaría acercar al lector cuánto hay de ti en esta novela? ¿Tu propio proceso personal con respecto a un tema tan serio como el suicidio? (No sé si esto ya lo he respondido antes en las primeras preguntas, ya me dices si me adelanté jejeje)

5–¿Por qué etapas va pasando Val? Ella, que al terminar en el mundo del coma no recuerda nada sobre quién es ni de por qué ha intentado matarse, va poco a poco recuperando sus recuerdos, reuniendo las piezas del puzzle que forma su vida, los motivos de querer acabar con ella y también rememorar más detalles sobre su entorno y seres queridos. En esta primera parte, “El dedo de la Muerte”, a través de los mundos de Gula, Pereza o Avaricia, va reconectando con su infancia, las amistades y los sueños a través de todo cuanto vive en su propio subconsciente. En la segunda parte, “La Cinta de la Vida”, entraremos en materia en un aspecto más romántico así como en otros sentimientos más densos propios de los errores de su pasado. Todo esto se irá viendo a medida que comencemos a explorar los dominios de Lujuria, Envidia, Orgullo o Ira.

6–La relación de pareja parece tener un papel importante en la trama. Pero también otro tipo de relaciones, como las familiares, ¿qué puedes decirme sobre esto? Naturalmente, la relación entre Nicodemo y Valentina es muy importante por todo lo ocurrido entre ellos, a nivel romántico. A lo largo de la historia, veremos desde el punto de vista de Nico como él va reviviendo desde el momento de su ruptura hasta el día en que la conoció. Curiosamente, Va hace este camino al revés. Tiene que ir recuperando los recuerdos que perdió para en cierto modo redescubrirse a sí misma. La historia combina dos puntos de vista diferentes, alternando fantasía y realidad. Esta fantasía la descubrimos a través de los ojos de Val en el mundo del coma y en la realidad tendremos las tramas de Nico, Néstor (su hermano), Emilia (su madre) o Keiko (su mejor amiga). Todas estas relaciones son igualmente cruciales ya que poco a poco desvelan la incógnita de qué pudo suceder para que Val decidiese hacer algo así.

7–Lo que más me gusta de Entre dulces y plastilina, además del mundo que has creado, son sus personajes fantásticos. ¿Con cuál te identificas más? Es imposible no identificarme con Valentina por todo lo que tenemos en común. Es un personaje que siento que no solo la he creado yo, sino que también ella me ha creado a mí. Es extraño, pero nos hemos ido retroalimentando y esto jamás me había sucedido con ningún otro personaje, por muchas experiencias que yo pudiese aportarle. En el mundo fantástico, por otra parte, tenemos a Desconfianza una guerrera con un pasado traumático que no puede evitar poner una barrera cada vez que conoce a alguien. Esto no es algo que ella haga con mala intención. Solo quiere protegerse. Creo que, aunque esto cada vez me va sucediendo menos, hay veces que recurro a poner esta barrera con ciertas personas cuando veo en ellas cosas que no me están gustando. Mi mente se pone a analizarlas, como si estuviese decidiendo si son dignas de mi confianza o no. Esto puede sonar un poco frío, pero creo que puede pasarnos a todos. Especialmente si nos sentimos amenazados o hay algo que nos esté haciendo recordar alguna experiencia desagradable en ese momento.

8– Y ya que estamos en Navidades, ¿cuál de estos personajillos te pega muchísimo para esta época? Creo que los arlequines, sin duda. Son personajes atemporales pero como viven en un mundo de dulces seguro que las Navidades tienen que ser muy interesantes por allí. Los arlequines son de los personajes que más están gustando. Uno, Otro, Engendro, Otrabocamásquealimentar… Creo que no es casualidad que los lectores los estén apreciando tanto, porque de alguna manera nos lleva a conectar con ese niño interior que a veces hemos podido dejar muy atrás, incluso hay ocasiones en los que nos llegamos a olvidar de su existencia. Los arlequines nos llevan a reconectar con la alegría, con la sencillez, con el disfrute sin importar los problemas… Y todo esto en un mundo de chuches, así que, ¿qué más se puede pedir?

9– Valhalla ha publicado la primera parte de Entre dulces y plastilina y pronto llegará la siguiente. ¿Tenemos fecha? ¿Cómo sigue esta obra? Acláranos un poco todo esto. Todavía no sé de ninguna fecha, pero según habíamos hablado antes de publicar el primer libro, la segunda parte saldrá en 2025. Tengo pendiente una conversación para averiguar un poco más, así que si queréis estar al tanto os invito a seguirme en @clara__gillman o @entredulcesyplastilina (Instagram), donde voy poniéndoos al tanto de todas las novedades. Lo que sí puedo decir es que esta segunda parte, pese a conservar este aura de inocencia que se respira en “El dedo de la Muerte”, en “La Cinta de la Vida” todo se volverá mucho más oscuro. Al menos en lo que en la parte de la fantasía respecta. Porque empezamos a ahondar con mayor profundidad en el dolor de Val.

10– Además de escritora, eres actriz y socia de la sala de teatro madrileña Rovodorovsky. ¡Háblanos de tu otro perfil cultural! Soy una actriz bilingüe (me encantaría ir a Londres para continuar desarrollando mi carrera como actriz por allí), cantante, guionista y co-fundadora del espacio escénico La Casa de Rovodorovsky Teatro, ubicado en el barrio de Malasaña en Madrid. En este lugar, no solo tenemos la oportunidad de presentar proyectos personales, sino que damos la oportunidad a otros artistas del teatro independiente de compartir sus proyectos y llevarlos a escena. La mayoría de los actores comenzamos trabajando en este tipo de salitas que son una gran oportunidad para darse a conocer además de apoyar el talento de diversas compañías y perfiles artísticos. Por otro lado, he trabajado como asistente de casting para producciones musicales en el pasado, y es algo que me maravilló. De hecho, me gusta más formar parte del proceso de casting que ser una actriz que hace castings. Aunque, sin duda, lo que más ame sea actuar. Pero disfruto mucho imaginando qué tipo de papeles podría hacer cada persona, o en qué serie podrían encajar… Incluso, si lo llevamos por el terreno de Entre Dulces y Plastilina, quién sería perfecto para el papel de Locura, Justicia, Empatía, Otrabocamásquealimentar… Etc. Mi mente no descansa, ja, ja, ja.

11– Si tuvieras que elegir una adaptación audiovisual para tu novela (película, serie, teatro), ¿cuál sería y por qué? Creo que el formato en que mejor encajaría sería una serie. Porque tendría la oportunidad de tomarme mi tiempo para desarrollar las tramas, personajes… Quizás con una película el tiempo iría en contra con una historia como esta. Y, desde luego, una obra de teatro se quedaría muy pequeña. Algo que no me gusta a la hora de escribir teatro es que te encuentras con mayores limitaciones cuando has de pensar en el tiempo, escenografía, personajes, siempre sujetos a presupuestos. Que en el cine o en las series también, ojo, pero creo que hay una mayor libertad más que nada por temas logísticos. Confieso que junto a Jose Vergara estamos empezando a entrar en contacto con esta posibilidad de escribir un guion, pero aún no puedo contar mucho más. Lo que sí puedo decir es que, además de que la idea sería formar parte como actores de este proyecto, algo que me encantaría es que dentro del mismo pudiésemos contar con actores y actrices totalmente desconocidos. Quiero dar voz a ese tipo de talentos que están ahí esperando a ser descubiertos y a recibir su oportunidad. Hay personas que son auténticas joyas escondidas en el barro. El mundo del actor no siempre es sencillo, pero me niego a pensar que es un derecho reservado para unos pocos. Así que esta sería mi manera de aportar un granito de arena que dé pie a que se abran nuevas puertas y caminos para personas que, como yo, se sienten atrapados en una lucha constante por hacerse un huequito en este mundo. ¿Cómo lo conseguiré y cuándo? Ni idea, pero si no se intenta el fracaso es un hecho. El tiempo dirá.

12– ¿Qué vendrá después para Clara Gillman de Entre dulces y plastilina? Actualmente estoy reescribiendo mi novela “Sonrisas de Hilo y Aguja”, una historia que trata sobre la venganza y sus consecuencias en la que la protagonista, Irina, se enfrenta toma la justicia por su propia mano a través de rituales vudú. Esta historia, que escribí por primera vez cuando tenía solo 17 años, ha evolucionado de manera sorprendente en mi mente, expandiéndose y adquiriendo una profundidad que no había imaginado en ese entonces. Aunque algunos elementos de la versión original permanecen, este universo ha crecido enormemente, terminando por convertirse en una historia coral que explora diversas perspectivas y conexiones. Además, he comenzado a entrelazar esta novela con otra obra todavía más antigua que jamás llegué a terminar, “Leyenda del Primer Eclipse” (rebautizada como “Monsone Amplexus”), una historia de amor entre una vampiresa y un santo en medio de las guerras entre vampiros, humanos, demonios y ángeles. Ambas historias se complementan, compartiendo una mitología rica y un trasfondo que amplía aún más el alcance de este nuevo proyecto. Lo que comenzó como una historia sencilla de justicia personal se ha transformado en un complejo entramado de personajes, emociones y destinos entrelazados con un toque de magia y elementos sobrenaturales que espero que no tarde mucho en ver la luz.

13– ¿Qué es lo que más te ha ayudado en tu proceso de publicación? ¿A qué te has agarrado fuerte para no desistir? Además de encontrar a la agente literaria perfecta (¡mil gracias, Eva!), creo que lo más importante ha sido la confianza. Confiar en el proceso, aunque a veces sea lento y frustrante. Confiar en los demás, en su apoyo y en su capacidad de ver el valor en tu trabajo. Y, sobre todo, confiar en uno mismo: en que la historia que tienes que contar tiene un propósito, que es única y merece ser escuchada. Lo que nunca dejé de escuchar en boca de esa vocecilla que se manifiesta en mi cabeza era que si esta historia me había salvado la vida a mí, tal vez pudiese salvar la de otros. Esa sola idea me hizo no desistir y ahora, con el libro ya publicado, he recibido mensajes muy conmovedores, como por ejemplo el de una persona a la que llamaremos Tristán, que comentaba que había estado pasando por una muy mala racha y que leer “Entre Dulces y Plastilina” le había salvado y que, incluso, gracias a esta historia había cambiado su punto de vista con respecto a su depresión. Mensajes así hacen que toda la espera y todos los momentos de incertidumbre que he conseguido vencer hayan merecido la pena.

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Pilar Guzmán firmando libros en una feria del Libro

Autor: Pilar Guzmán

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